29 de octubre de 2010
Chaves y Chapolin: El doblaje brasileño del programa Chespirito
Antonio Felipe Purcino
Periodista, seguidor de Chespirito desde hace más de veinte años y administrador del club de fans Fórum Chaves
Cuando los programas de Roberto Gómez Bolaños llegaron a la pantalla chica en Brasil, a mediados de agosto de 1984, hacía ya muchos años que eran todo un fenómeno en el resto de Latinoamérica. Millones de personas en países como Chile, Colombia y Perú abarrotaban los estadios en los que se presentaban sus personajes favoritos de aquellas series que, a principios de la década de 1980, ya no existían más y se habían convertido en sketches del programa Chespirito.
Si bien en los países vecinos todos estaban familiarizados con el niño del barril y el héroe del corazón, estos personajes eran todavía desconocidos entre los brasileños; por esta razón, se dio inicio a la difícil tarea de convertirlos en ídolos en la única nación de habla portuguesa en todo el continente. Como era usual, el programa fue adaptado al idioma local con la ayuda de un genial grupo de actores de doblaje, cuyo trabajo fue fundamental para que Chespirito tuviera éxito en Brasil.

Una vez que los directores de SBT (Sistema Brasileiro de Televisão) aceptaron incluir las series como parte de su programación, comenzó el trabajo de adaptación al portugués; la misión estuvo a cargo de la cooperativa de doblaje del canal, dirigida por el actor Marcelo Gastaldi. Lo primero que cambió fue el título de las series: El Chavo se convirtió en Chaves, y El Chapulín Colorado en “Polegar Vermelho” (“Pulgar Rojo”), aunque después se optó por llamarlo Chapolin Colorado. También los personajes recibieron otros nombres; la mayoría no fueron sino una traducción del original al portugués –dona Florinda, dona Cleotilde, professor Girafales, senhor Barriga y Nhonho–, pero la Chilindrina fue bautizada como “Chiquinha” –que en Brasil es el diminutivo de Francisca–, y a don Ramón se le llamó “Seu Madruga”. Esta graciosa idea fue de Gastaldi, quien opinó que era el nombre idóneo para el personaje, por “ser un tipo a quien no le gusta trabajar y tener el rostro de alguien que pasó la noche de parranda”.
El doblaje del programa lo realizó un elenco de primer nivel, integrado por varios de los actores más importantes del doblaje brasileño de la época: Marcelo Gastaldi (Roberto Gómez Bolaños), Nelson Machado (Carlos Villagrán), Sandra Mara Azevedo (María Antonieta de las Nieves), Marta Volpiani (Florinda Meza), Mario Villela (Édgar Vivar), Carlos Seidl (Ramón Valdés), Helena Samara (Angelines Fernández), Portiguara Lopes (Rubén Aguirre), Older Cazarré (Raúl “Chato” Padilla) y Silton Cardoso (Horacio Gómez Bolaños). Con los años, hubo algunos cambios significativos: Osimiro Campos se sumó al equipo y se convirtió en la voz más conocida de Rubén Aguirre, y Cecilia Lemes reemplazó a Sandra Mara como la Chiquinha, luego de que ésta viajara a Italia para estudiar. Además de este elenco estelar, hubo muchos otros nombres que participaron en algunos episodios, como la gran Gessy Fonseca (doña Eduviges), Orlando Viggiani (la voz de la televisión en el episodio del corto circuito), Leda Figueiró (Paty) y Luiz Carlos de Moraes (Héctor Bonilla, don Román y el señor Calvillo). El trabajo de doblaje se realizó en cuatro etapas, pues las voces se grababan conforme SBT compraba los lotes de episodios. Esto ocurrió en 1984, 1988, 1990 y 1992, último año de doblajes inéditos con el elenco principal de la cooperativa MAGA Produções Artísticas, fundada por Marcelo Gastaldi.
Más que traducir El Chavo y El Chapulín Colorado al portugués, este grupo realizó un trabajo histórico de doblaje que se convirtió en referencia para todos, debido a la enorme calidad de las actuaciones, las traducciones y las adaptaciones. Estos grandes artistas del doblaje son hoy muy admirados por los seguidores del programa y son las estrellas de numerosos eventos que se organizan en su país; por ejemplo, cuando Carlos Villagrán y María Antonieta de las Nieves estuvieron de gira por Brasil, sus actores de doblaje fueron figuras estelares de los espectáculos; en uno de ellos, realizado en 2014, Carlos Seidl interpretó a don Ramón en escena con Quico.

No es exagerado afirmar que el éxito de los programas de Chespirito en Brasil se debió, en gran medida, a la calidad del doblaje. Además de la genialidad de Roberto Gómez Bolaños y su elenco, los brasileños tuvieron la fortuna de contar con un grupo espectacular de actores de doblaje que realizaron un trabajo de primera línea; es gracias a ellos que el programa, a pesar de ser mexicano, es parte del imaginario de Brasil hasta el día de hoy.
Aún hay mucho que contar sobre la experiencia de doblaje en los programas de Chespirito en Brasil, pero eso es tema para otras entradas del blog. ¡Síganme los buenos!