18/ Febrero /2019
PRE- PRODUCCIÓN
Hay muchas anécdotas divertidas y aspectos muy interesantes sobre la manera de trabajar del grupo dirigido por Roberto Gómez Bolaños. Antes de empezar las grabaciones de los programas, él y su equipo preparaban cada detalle de la producción con muchísimo cuidado. ¡Todo estaba siempre fríamente calculado!
El primer paso era la lectura de los libretos, pues la historia era la gran estrella de los programas. Chespirito entregaba personalmente los guiones que se grabarían en los próximos días a su equipo de producción –lo usual era rodar cuatro programas de una hora en el lapso de una semana. Por lo general, los llevaba escritos a máquina, luego llegaron las máquinas eléctricas y, tiempo después, ¡consiguió uno de los primeros procesadores de texto! Chespirito estaba muy contento y muy orgulloso de su nueva herramienta –le gustaba presumirla siempre que podía–; además, resultó muy práctica para él porque ahorraba mucho tiempo que podía dedicar a escribir. De todas maneras, había ocasiones en que llevaba los guiones escritos a mano, lo cual no era un problema porque tenía muy buena letra.
La lectura de los guiones involucraba a todos los miembros del equipo, para que conocieran las necesidades de producción en cuanto a escenografía, vestuario, maquillaje, utilería, efectos especiales y caracterizaciones. Como Chespirito era muy buen dibujante y tenía conocimientos de ingeniería, se encargaba de trazar los planos escenográficos. Él mismo diseñó el patio de la vecindad, el salón de clases, el consultorio del Dr. Chapatín; en realidad, no hubo un sólo set que no fuera creación suya.
En cuanto al vestuario, cuando se hicieron las primeras grabaciones, los actores seleccionaron de su propio guardarropa las prendas llevarían sus respectivos personajes; con el tiempo, la mayor parte de su famosísimo atuendo fue elaborado en los talleres de Televisa. Las cosas se complicaban cuando había programas especiales como “Don Juan Tenorio”, “Federico Chopin”, “El Sastrecillo Valiente”, “Blanca Nieves y los 7 Churichirínfunflais” o “Napoleón Bonaparte”, pues no sólo había que rentar o confeccionar el vestuario para igualarlo con el de las historias originales; también había que investigar mucho para lograr la mayor veracidad posible en la ambientación, la utilería y la escenografía. ¡Fueron muchas las historias famosas a las que Chespirito imprimió su maravilloso estilo!
Una de las claves del indiscutible éxito de la obra de Roberto Gómez Bolaños fue su permanente propósito de alcanzar la excelencia. Chespirito no se conformaba fácilmente; por lo tanto, su admirable filosofía de trabajo representó siempre un apasionante desafío para quienes trabajaron con él a lo largo de los años. Cuando todas las necesidades de producción estaban cubiertas, los guiones correspondientes a los cuatro programas que se rodarían se entregaban a todo el elenco para su memorización. Normalmente, los actores contaban con dos semanas para aprenderse de memoria todos los episodios en los que participarían. ¡Después, ya estaba todo listo para iniciar las grabaciones!
Luces, cámara, ¡acción!
Me pareció f ornidable no sabía que Chespirito diseñaba las escenografías
Chespirito fue muy creativo, y sin querer queriendo muchos televidentes conocimos y aprendimos gracias a sus programas, por ejemplo yo gracias a él conocí a Cleopatra, conocí las palabras chusma, mentecato, pleonasmo etc. ÉL en varios de sus programas mostró al Quijote de La Mancha, hasta grabó unas escenas del Quijote provocando en mí el interés de leer esa increíble novela que acabo de terminar hace poco.
Chespirito no solo tenía la intención de hacer reír en sus programas, también de enseñar, por ejemplo conocimos varios personajes históricos importantes.
Yo tuve el honor de saludarlo personalmente cuando me firmó su libro “Sin querer queriendo” en la FIL de Guadalajara en el año 2006, es una persona muy sencilla, ya que yo no sabia que decirle por nervios, sólo le dije: es un placer, y él me respondió: igualmente. Siempre recordaré se día amigo Chespirito.
Chespirito fue muy creativo, y sin querer queriendo muchos televidentes conocimos y aprendimos gracias a sus programas, por ejemplo yo gracias a él conocí a Cleopatra, conocí las palabras chusma, mentecato, pleonasmo etc. ÉL en varios de sus programas mostró al Quijote de La Mancha, hasta grabó unas escenas del Quijote provocando en mí el interés de leer esa increíble novela que acabo de terminar hace poco.
Chespirito no solo tenía la intención de hacer reír en sus programas, también de enseña.
Yo tuve el honor de saludarlo personalmente cuando me firmó su libro “Sin querer queriendo” en la FIL de Guadalajara en el año 2006, es una persona muy sencilla, ya que yo no sabia que decirle por nervios, sólo le dije: es un placer, y él me respondió: igualmente. Siempre recordaré ese día amigo Chespirito.