29/ Enero /2019
El Chanfle
A diferencia de la mayoría de los personajes de Roberto Gómez Bolaños, El Chanfle no fue creado para la televisión, sino para el cine. Este año celebramos el aniversario número cuarenta del más grande de los americanistas.
Todo comenzó con una cena en casa de Valentín Pimstein, productor de telenovelas para la cadena mexicana Televisa, quien informó a Gómez Bolaños que esta empresa comenzaría a hacer películas. Con ellos se encontraba también Fabián Arnaud, director de la recién fundada sección Televicine, quien le expresó su deseo de que el primer largometraje que realizarán fuera protagonizado por él. Además, le pidió que escribiera el guión, eligiera el elenco y se encargara de la dirección. ¡Chespirito se fue de espaldas por la sorpresa!
Era de suponerse que el protagonista sería El Chavo del Ocho o El Chapulín Colorado, pero Chespirito se apresuró a decirles que ¡ninguno de los dos! Con el Chavo, lo limitaba mucho que el único escenario disponible era la vecindad; la gente ya estaba acostumbrada a ver a los personajes ahí y no era fácil insertarlos en otros espacios. Además, estaba la dificultad de encontrar un argumento que fuera representativo de la serie, pero sin repetir lo que ya se había mostrado en la pantalla chica. Otra desventaja era que Chespirito ya tenía 48 años y, a pesar de que conservaba la agilidad necesaria, las arrugas harían poco menos que imposibles los acercamientos de la cámara en el cine.
Con el Chapulín Colorado también había un problema grande: una película con este personaje exigiría muchos efectos visuales para hacerla atractiva y el presupuesto era reducido. Por estos motivos, se propuso escribir una historia con un personaje diferente a los que te mencionamos. Y es que, como era la primera película que Televisa iba a producir, tenía una enorme responsabilidad. En su libro titulado Sin querer queriendo (2006), Chespirito recuerda: “tuve la suerte de recordar que mi pasión deportiva, el fútbol, era también la pasión deportiva de mucha gente”. En efecto, a Roberto Gómez Bolaños le gustaba mucho este deporte, y en él se inspiró para escribir el argumento de El Chanfle.
La trama estaba enmarcada en el mundo del fútbol profesional, pero concebida para hacer una abierta apología de la honradez, virtud que tenía como representante al protagonista. Este rasgo del personaje lo convirtió en blanco de numerosas críticas desfavorables:
—Eso es ridículo ‒escribía un crítico. No hay en el mundo una sola persona que actúe de esa manera.
—He conocido idiotas ‒escribía otro‒, pero como el tal Chanfle, ninguno.
—¿Dónde van a encontrar un público que se trague semejante ridiculez?
No llegué a leer, en cambio, comentarios acerca de la actuación, la dirección, la fotografía, la iluminación, el ritmo, la edición, etcétera. ¡Lástima!, porque nos habría sido muy útil […].
Tiempo después recibí una noticia más que agradable:
—¿De casualidad has pasado esta tarde por la esquina de Insurgentes y Baja California?
Era Valentín Pimstein quien me hacía esa pregunta por teléfono.
—No ‒respondí con el natural desconcierto que me provocaba dicha pregunta. ¿Por qué?
—Porque ahí está uno de los cines donde hoy se estrenó El Chanfle, y el tránsito está interrumpido por la multitud que acudió al estreno.
(Sin Querer Queriendo, Roberto Gómez Bolaños, 2006)
El fenómeno se produjo en muchísimos otros cines, tanto de la Ciudad de México como del interior de la República, lo cual hizo que El Chanfle (1979) rompiera todos los récords de taquilla existentes hasta el momento; incluso, fue la primera película en obtener mayores ingresos que una cinta de Cantinflas. El público, con la certeza de que encontraría en los largometrajes de Roberto Gómez Bolaños algo diferente a lo que veía en la televisión, abarrotó las salas tras los estrenos de sus siguientes producciones.
Hoy, a cuarenta años de El Chanfle, rendimos un merecido homenaje a ese personaje que nos ha hecho reír tantas veces como hemos visto sus películas, pero, sobre todo, nos ha mostrado de una manera natural, humana y contundente que, por encima de cualquier propósito, meta o anhelo, debe manifestarse la honradez.
¡Gracias, Chanfle… y muchas felicidades!
Gran información sobre este entrañable personaje