25/ Septiembre/2019
LA ÚLTIMA TRANSMISIÓN DE “CHESPIRITO”
Transcurría el mes de septiembre de 1995. Roberto Gómez Bolaños esperaba la llegada del 14 de octubre, pues ese día se cumplirían veinticinco años de la primera ocasión en que su programa salió al aire. ¡Durante un cuarto de siglo, había aparecido de manera ininterrumpida en las pantallas de televisión de millones de hogares! Desde hacía ya varias temporadas, se proyectaba dos y hasta tres veces por semana… ¡eso no lo había logrado nadie! Pero cuando faltaban dos semanas para el aniversario de “Chespirito”, recibió la noticia de que Televisa había decidido suprimir todos los proyectos llamados “unitarios” (humorísticos, musicales, de concursos y similares) para sustituirlos por telenovelas.
La empresa le propuso a Roberto transmitir su programa los sábados a las cinco de la tarde, pero él rechazó la oferta porque no le gustó el horario. Dos años antes, había decidido suspender la producción de los episodios de El Chavo del Ocho y de El Chapulín Colorado, pues consideró que ambos personajes habían cumplido su ciclo –además, dos de sus grandes compañeros de trabajo, Angelines Fernández y Raúl “Chato” Padilla, habían fallecido en 1994–, así que en el programa “Chespirito” únicamente se presentaban sketches de Los Chifladitos, el Dr. Chapatín y Los Caquitos. Por otro lado, en ese momento se encontraba trabajando en una obra teatral de su autoría –la exitosa “11 y 12”– y se sentía muy contento con los resultados del montaje y de la puesta en escena. Por estos motivos, cuando la televisora tomó la decisión de cambiar el horario de su programa, Chespirito tomó la de darlo por concluido.
De lo anterior surgen dos grandes preguntas: ¿cuándo se enteraron los demás actores y cómo recibieron la noticia? En el caso de Rubén Aguirre, él se encontraba en Argentina, en donde presentaba un espectáculo en el que interpretaba al profesor Jirafales. Debido al éxito y a la demanda de boletos, el empresario que lo había contratado le pidió que extendiera la temporada unas semanas más, pero Rubén se negó, pues debía regresar a México para rodar los próximos episodios del programa. Ante la insistencia del empresario, telefoneó a Roberto para pedirle que le permitiera ausentarse de las grabaciones; él le contestó que podía quedarse el tiempo que quisiera, pues “Chespirito” había terminado. Aunque se llevó una enorme sorpresa, Rubén entendió las razones de su amigo y continuó presentando su divertido espectáculo por toda Latinoamérica, mientras su salud se lo permitió.
Florinda Meza también trabajaba en la obra teatral, así que fue la primera enterarse. Édgar Vivar regresaba de un viaje de trabajo y comenzaba a prepararse para las próximas grabaciones, cuando leyó en el periódico una nota que anunciaba el fin del programa. Sorprendido e incrédulo, llamó a Roberto para preguntarle si aquello era verdad; cuando le respondió de manera afirmativa, Édgar reaccionó con mucho desconcierto, pero después de escuchar sus razones, comprendió que era una “sabia decisión”. Todos, a fin de cuentas, entendieron que lo mejor era terminar el programa en la cima del éxito, mientras gozaba de la aceptación y del cariño del público. Aunque “Chespirito” terminó sus grabaciones en 1995, gracias a la televisión y a los canales de internet, tenemos el privilegio de seguir disfrutando todos los episodios que nos han hecho reír durante tantos años.