26/ Junio /2019
La creación de El Chapulín Colorado animado
Debido al enorme éxito que tuvo la serie animada de El Chavo, Roberto Gómez Fernández llegó a un acuerdo con Televisa para iniciar otro gran proyecto: ¡la versión animada de El Chapulín Colorado! Sin duda, era una gran idea –después de todo, es uno de los personajes más icónicos de la televisión mexicana–, pero al mismo tiempo era un reto muy grande porque, para ese momento, Chespirito se había alejado del trabajo creativo y estaba totalmente dedicado a cuidar su salud, así que no se contaría con su supervisión. El equipo de producción dedicó jornadas largas para definir el diseño del protagonista; después, los encargados de la animación hicieron una excelente labor para darle vida al Chapulín.
La producción de El Chapulín Colorado presentaba algunas dificultades importantes. La principal era que los episodios se desarrollaban en locaciones distintas –en el caso de El Chavo Animado, todo ocurría siempre en el patio de la vecindad, la escuelita o el parque–, así que era necesario diseñar muchísimos sets. Para resolver este problema, se creó un esquema de “equilibrios en la complejidad técnica” de los guiones, que consistía en balancear el número de escenarios que aparecerían en cada episodio para compensar la carga de trabajo; por ejemplo, si el capítulo 1 requería cinco locaciones diferentes, entonces los siguientes capítulos debían necesitar máximo tres. Los escritores y guionistas tuvieron que ajustarse a esta necesidad técnica al momento de crear las historias, pero gracias a este práctico esquema, fue posible entregar cada episodio a tiempo para su transmisión. Otra dificultad era la necesidad de crear personajes nuevos para cada capítulo, aunque este aspecto se solucionó de manera relativamente sencilla, pues solamente había que tomar a los personajes secundarios que ya habían sido utilizados en otros episodios y agregarles barba o bigote, o cambiarles el color del cabello. Por si fuera poco, se tomó la decisión de que cada capítulo duraría únicamente once minutos; los escritores tuvieron que poner en marcha toda su creatividad para inventar historias divertidas que pudieran narrarse en tan poco tiempo. A pesar de todo, lograron crear guiones extraordinarios con comedia y acción.
El primer episodio que se animó fue el de “Matonsísimo Kid” –aquella historia del viejo oeste que contaba las peripecias que tuvo que hacer el Chapulín para vencer a ese villano legendario y a su hija, Rosa la Rumorosa, quien no dejaba de coquetearle para alcanzar sus negros objetivos. Este capítulo es uno de los más recordados de la serie original, así que los productores pensaron que funcionaría bien como “piloto”.
Después, los programas se realizaron a partir de historias inéditas –¡y muy divertidas, por cierto!–; en realidad, de los setenta y cuatro episodios producidos, solamente cuatro fueron adaptaciones del programa original. Aunque fue un proyecto con muchos retos que superar, fue una gran experiencia para todos los involucrados haber logrado plasmar la esencia de nuestro querido héroe: ¡El Chapulín Colorado!
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