25/ Julio/2019
La creación el Chapulin Colorado
(tercera parte)
Las voces
Para conformar el elenco que interpretaría a los personajes, se incorporó, en primer lugar, a Jesús Guzmán quien tiene la capacidad de imitar a todos los personajes masculinos creados por Chespirito –fue él quien interpretó al Chavo en la serie animada–, así que no se dudó un segundo en invitarlo a participar en este proyecto para que diera voz al Chapulín Colorado. También se incluyó a la talentosa actriz Erica Edwards –actualmente, voz oficial de Discovery Home & Health e intérprete de doña Florinda y de la Popis en el Chavo animado–, para que hiciera el papel de Periquita Moscorra.
El resto del extraordinario elenco estuvo conformado por grandes profesionales del doblaje en México: Arturo Mercado –quien, en su larga trayectoria, ha interpretado a la Bestia en La bella y la Bestia, al Pato Lucas, a Bugs Bunny, a Silvestre, a Pepe Grillo y a Rico McPato, entre otros personajes–, representó al profesor Inventillo; Alfonso Obregón – famoso por darle voz al carismático ogro Shrek y por doblar las voces de actores como Mike Myers, Woody Allen, David Duchovny, Chris Rock y Chris Tucker– interpretó a Gastón, Plumero Ramos y Calcetón; Magda Giner –quien dobla a actrices como Meryl Streep, Vanessa Redgrave, Joan Allen, Kathy Bates, Patricia Clarkson, Judi Dench y Jane Lynch–, hizo el papel de Greta Bulldozer y la Marquesa Chanclé; además, participaron muchas otras reconocidas voces, que interpretaron a los demás personajes de la serie.
Las grabaciones
El doblaje tradicional consiste en sustituir los diálogos originales por otros idénticos o similares en un idioma distinto. Los actores que realizan este trabajo se colocan frente a un monitor en donde se reproduce el video con el audio original. Bajo la supervisión del director de doblaje, escuchan y practican un fragmento de la serie o película; una vez que lo dominan, se hace la grabación. Cuando el director considera que la actuación es adecuada y el audio coincide con la imagen, queda listo el doblaje y se pasa a la siguiente escena. Por lo general, este ejercicio se realiza de manera individual –una sesión completa para cada actor–, pero en el caso del Chapulín Colorado animado se seguía un esquema diferente.
La grabación de las voces era el primer paso de la producción de cada capítulo, pues el equipo de animación se basaba en las expresiones y los matices de las voces de los actores para hacer los dibujos. Las sesiones comenzaban con una reunión del director de doblaje con los integrantes del elenco, quienes hacían una lectura grupal de los libretos para definir la manera en que interpretarían a sus respectivos personajes. Después, el director hacía las observaciones necesarias y el grupo pasaba a la cabina de grabación. En cada sesión, se grababan las voces de dos episodios completos.
La cabina de grabación es una habitación insonorizada –es decir, aislada del exterior–, dentro de la cual hay varios micrófonos –según el número de actores– y un atril sobre el que se coloca el guión. A un lado hay otra cabina, donde está el mixer –la consola de audio que graba y mezcla las voces–; desde ahí, el director de doblaje supervisa y da indicaciones a los actores. Las sesiones se dividían por bloques –de acuerdo con el número de escenas que contenía cada guión– y, a diferencia de lo que se acostumbra en la industria del doblaje, los actores de El Chapulín Colorado animado grababan todos al mismo tiempo; de esta manera, los diálogos fluían con mucha naturalidad y se enriquecía muchísimo la interpretación. En caso de que algún actor se equivocara o de que el director lo interrumpiera para hacer alguna observación, la grabación no se repetía desde el principio, sino que se retomaba desde unas cuantas líneas anteriores y, más tarde, el operador del mixer hacía la edición para que sonara natural.
Una vez que se tenía el capítulo grabado, se enviaba el audio a los dibujantes para que comenzaran a trabajar en el storyboard –así se le llama al conjunto de ilustraciones que acompaña al guión y que sirve como guía para entender mejor la idea del episodio–; una vez que se aprobaba el storyboard, se realizaba la animación y, por último, la musicalización y la inserción de efectos especiales –golpes, portazos, el cláxon de algún auto, el sonido de las antenitas de vinil, etcétera.
La musicalización se hacía en una cabina, en la cual el músico se colocaba frente a su sintetizador y, mientras seguía la escena en un monitor, apoyaba sonoramente la historia. En cuanto a los efectos especiales, tanto en la serie animada de El Chavo como en la de El Chapulín Colorado, ¡la persona encargada de insertarlos fue la misma que lo hizo en las series originales, hace cuarenta años! Lo anterior no fue una coincidencia; los ejecutivos de ambos proyectos consideraron que sería muy conveniente contar con la experiencia y el conocimiento de quien había trabajado con los actores de aquellos famosos programas.
El Chapulín Colorado animado ha mantenido la esencia de este icónico personaje que, muy a su estilo, siempre intenta ayudar a los necesitados. Las historias contadas en cada capítulo fueron seleccionadas con mucho cuidado, con la finalidad de que la serie conservara el estilo de comedia familiar de Chespirito. Aun cuando hacer animación es difícil, los resultados han sido satisfactorios y, desde su primera temporada, El Chapulín Colorado animado ha logrado conquistar nuevas generaciones.
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