13 de Enero de 2021
Chespirito: actor, guionista y… ¿luciérnaga?
En todo México y gran parte de Latinoamérica, el nombre de Roberto Gómez Bolaños (1929-2012) es bien conocido por millones de aficionados que han disfrutado durante años del trabajo de este gran guionista, comediante, actor y director mexicano. Nuestro querido Chespirito –que, por cierto, recibió su apodo del también director Agustín P. Delgado, quien comenzó a llamarlo “Shakespearito” porque opinaba que sus guiones eran tan ingeniosos como los dramas de Shakespeare– es considerado uno de los artistas más brillantes de su tiempo y recordado por sus entrañables personajes, como el Chavo y el Chapulín Colorado. Pero, ¿alguna vez pensaste encontrar su nombre –o más bien, su seudónimo– en una revista científica dedicada a la entomología?
Bueno, pues el pasado mes de noviembre de 2020 apareció, en la revista Insect Systematics and Diversity, un artículo titulado “Multilocus Phylogeny Support the Nonbioluminescent Firefly Chespirito as a New Subfamily in the Lampyridae (Coleoptera: Elateroidea)” [Enlazar a: https://academic.oup.com/isd/article-abstract/4/6/2/5974079], escrito por Vinicius S. Ferreira –candidato a doctor por la Universidad Estatal de Montana– en colaboración con dos colegas de la Universidad de Florida, los doctores Oliver Keller y Marc Branham. En este estudio, los investigadores identifican y describen una nueva subfamilia de luciérnagas que, al día de hoy, sólo han sido observadas en México; pero lo más emocionante para nosotros es que decidieron nombrar a esta nueva variedad de escarabajos –sí, las luciérnagas son escarabajos, ¿lo sabías?– ¡en honor a Roberto Gómez Bolaños!

Vinicius Ferreira nos dijo lo siguiente: “Tomamos la decisión de llamar Chespirito a este nuevo tipo de luciérnagas como una manera de rendir un homenaje a este reconocido artista, pero también de honrar la preservación de la biodiversidad del lugar de donde previene este escarabajo. De alguna manera, es también un homenaje a México”.
El examen detallado de la morfología de Chespirito ha revelado que se distingue de los demás lampíridos –es decir, aquellos insectos que se caracterizan por su bioluminiscencia, entre los que se cuentan, además de las luciérnagas, los cocuyos y los gusanos de luz– por su singular prosterno –la parte ventral del protórax, de donde surgen las patas del insecto–, muy ancho y divido en la parte media por una sutura distintiva que forma dos placas; y por sus antenas filiformes, densamente pobladas con cerdas, con el tercer antenómetro mucho más pequeño que el resto, entre otras cosas. Su cuerpo es color marrón claro; la cabeza es más larga que ancha, o tan larga como ancha; tiene ojos hemisféricos, proyectados anterolateralmente, granulados y gruesos; y antenas filiformes, muy separadas y ubicadas en la porción anterior de la cabeza, con once antenómeros conectados entre sí por membranas traslúcidas y delgadas, en posición de reposo hacia adelante.
Hasta el momento, sólo se ha localizado a la luciérnaga Chespirito en México, aunque se cree que podría encontrarse también en otros países vecinos de América central, como Guatemala, Belice y Honduras, pues su geografía es parecida y hay muchas similitudes en su vegetación y ecología. Todavía hay muchos aspectos de Chespirito que son desconocidos, así que esperaremos con mucha curiosidad más información de este simpático insecto.

¡Gracias, muchas gracias, a Vinicius Ferreira y a los doctores Oliver Keller y Marc Branham por su gran trabajo de investigación y por homenajear a Chespirito de una forma tan especial! ¡No contábamos con su astucia!