03/ Febrero/2020
Recordando a Raúl “Chato” Padilla
Raúl Padilla –a quien, debido a su nariz achatada, apodaban “Chato”– se incorporó al elenco de Chespirito tras la salida de Ramón Valdés. Su integración al grupo fue instantánea debido a tres factores: sus notables facultades actorales, su gran capacidad para caracterizar todo tipo de personajes y su enorme calidad humana. En “La vecindad del Chavo” interpretó al tierno Jaimito, el cartero: ese simpático viejito que “prefería evitar la fatiga” y se dejaba llevar por la nostalgia cuando se acordaba de su natal Tangamandapio, aquel “hermoso pueblecillo con crepúsculos arrebolados”. Desde su llegada, el Chato se entregó por completo a su personaje; fue él quien propuso a Chespirito el maquillaje y la peluca de Jaimito, así como el pañuelo rojo que salía del bolsillo de su pantalón.
Raúl Padilla fue muy disciplinado y trabajador; vestido con mucha elegancia, era siempre el primero en llegar a las grabaciones de los programas y se aprendía sus textos con una precisión extraordinaria. Como él mismo decía, “el cine y el teatro me hicieron tener una memoria envidiable”. Y así era; por ejemplo, cuando platicaba de béisbol con sus compañeros –era un apasionado de ese deporte–, siempre los sorprendía la facilidad con la que recordaba nombres, fechas y estadísticas. Fue un hombre muy discreto, respetuoso con sus colegas; nunca estuvo involucrado en chismes y jamás se le escuchó hablar mal de nadie. Siempre fue muy querido por quienes le rodeaban, sobre todo por el grupo de actores de “Chespirito”.
Hay una anécdota que, a pesar de que surgió de un hecho lamentable, es una muestra del enorme afecto del que gozaba el Chato. Durante el terrible sismo que sacudió a la Ciudad de México en septiembre de 1985, la casa de Raúl Padilla se cayó y, por obvias razones, se vio en serios apuros económicos. Entonces, por iniciativa de Roberto Gómez Bolaños y con la cooperación de todo el elenco del programa, se realizó una gira por Estados Unidos y se entregó todo el dinero recaudado al Chato, para que pudiera comprar otra casa. ¡Fue un gran gesto de solidaridad y generosidad por parte de sus amigos!
Poco tiempo después, Rubén Aguirre lo invitó a participar en “El Circo del profesor Jirafales”. “¿Pero qué papel podría desempeñar yo en tu circo, Rubén?”, le preguntó el Chato. “¿Te acuerdas de la canción de Roberto que decía Si tú eres joven aún, joven aún, joven aún…?”, le contestó Rubén: “Pues te presentas y la cantas. ¿Qué te parece?” La idea era muy buena, así que entre los dos escribieron de inmediato el sketch. Cada vez que Jaimito el Cartero entraba a la pista, un payaso le decía: “¡Viejo inútil! ¡Usted no sirve para nada, ya está muy viejo!”, y Jaimito respondía: “Sí, efectivamente, los viejos ya no servimos… después de haber dado toda nuestra vida al trabajo…” Jaimito decía sus líneas con tanto sentimiento que la gente lloraba, conmovida. Y luego continuaba: “Después de hacer nuestro mejor esfuerzo para criar a nuestros hijos y formar hombres de bien, ahora nos llaman viejos e inútiles”. Tras una breve pausa, levantaba la cabeza y, con voz firme, decía: “¿Viejo yo? ¡Viejos los cerros!”, y comenzaba a cantar y bailar aquella canción que había compuesto Chespirito. ¡La incursión de Jaimito en el espectáculo del profesor Jirafales resultó un gran éxito!
El día de hoy recordamos con mucho cariño a Raúl “Chato” Padilla, quien nos brindó muchos momentos de ternura y risas; pero sobre todo, rendimos un sentido homenaje al hombre que se entregó con pasión, disciplina y ética a la profesión que ejerció desde que era un niño: actor de maravillosos dones.
MUY BONITA PALABRA DE JAIMITO EL CARTERO EL SIEMPRE DECIA PREFIERO EVITAR LA FATIGA Y RECORDABA MUCHO SU PUEBLITO Y ANDABA EN BICILETA PERO EL NO SABIA ANDAR RECUERDO QUE UN CAPITULO EL CHAVO RESIVIA UNA CARTA QUE EL CHAVITO HERA RICO PERO JAIMITO LA DEJO EN EL SUELO Y TODO HERA UNA BROMA
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Que lindas anécdotas. Hubiese sido genial ver a Ramón y Jaimito Juntos, pero aun así Jaimito siempre inspiró ternura y nobleza, y esa anécdota del circo me emocionó mucho, saludos desde Colombia. ¡que texto tan bonito! saludos desde Barranquilla Colombia